La
palabra, la mentira.
En la gestualidad no hay tutía (Marta). Asco,
tristeza, alegría, constipación… todo se nota en los movimientos imperceptibles
del cuerpo. Pero con la palabra tenemos que ser más diestros/as: tenemos la
capacidad de decir, por lo tanto, de mentir.
¿Por qué mentir? Porque la vida en sociedad implica
ciertos códigos. Uno no puede ir por ahí diciéndole en la cara al otro lo
mierda que es. Porque después de eso, viene una trompada en medio de la cara, a
la trompada se le responde con un codazo en la boca del estómago, y de ahí a extirpar
testículos ajenos con los propios dientes hay solo un paso. Los datos son
escalofriantes: solo en el último año se han registrado dos casos de testículos
mordidos. Uno por pelea. Como sociedad debemos preguntarnos, ¿cómo evitamos
esta violencia creciente en nuestra sociedad creciente? ¿Eh?
No sea
malx, use eufemismos.
¿Qué es un eufemismo? Del griego, “el mismo buenito
con fe, y no otro”, es una bella trampa del lenguaje, es la panacea de la
corrección, es la vituperante muestra de que somos unos canallas
encubiertos/as.
No decirle al otro que es un gordo ridículo, sino un
rechonchito que causa una pena ajena y jocosa, es un hermoso ejemplo de que odiamos
al otro, pero que nos importan sus sentimientos. Y está bien que nos importen,
porque todxs somos luz. Y somos mierda, mucha mierda.
A continuación, ejemplos de eufemismos para disfrutar
de la vida en una sociedad pautada y reconcentrada que nos roba la individualidad,
la capacidad de creer en otras cosas y nos transforma en soldados de sus filas
del consumismo, la apariencia y la legalidad.
No diga: Un negro de mierda me robó
Diga: Me topé con un morochito amigo de lo ajeno.
No diga: Puto, te cabe por el orto, y por eso te
fuiste a la B
Diga: Tu orientación sexual (aunque no sea determinante) que concibe un goce, además de una forma de concebir la idea de
cuerpo y deseo que dista de la mirada dominante y falocéntrica, aunque no tenga
nada que ver, te llevó a descender a la
B.
No diga: Ese chino pelotudo seguro que apaga la
heladera a la noche.
Diga: Ese oriental pelotudo seguro que apaga la
heladera a la noche.
Hay
límites
Ahora, hay un límite: el
eufemismo “tener capacidades especiales”… ¿era necesario? Jugar en la delgada
línea que separa el eufemismo de la horrible ironía es de cínico hijo de puta. ¿O no?
Muy interesante articulo, hace tiempo que venia pensado en esta delgada línea entre el eufemismo y la ironía. Solo para complementar, (No es una distinción técnica, sino más bien una percepción metafísica), creo que el eufemismo esta cargado de buenas intenciones (reales), posee un resguardo moral, al contrario de la ironía esta diseñada para saciar nuestros deseos de ofensa intelectual...Cabe mencionar que un eufemismo retoricamente mal intencionado, es una portentosa ironía...
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